El ciclo menstrual está reconocido hoy en día como el 5º signo vital, es decir, un indicador clave de la salud de la mujer.
Desde el primer día de la menstruación, conocido como la menarquia hasta el último día, periodo en el que la mujer entra en la menopausia, sangrar es signo de que el organismo funciona correctamente.
Durante los años en los que las mujeres tienen la menstruación, es decir, durante el periodo fértil, de manera regular, aproximadamente cada 28 días hay un sangrado cuyo significado es, la no fecundación. Pero detrás de esa, no fecundación, existe un mecanismo complejo, en el que las protagonistas son las hormonas. Estas hormonas son varias, la FSH, la LH, los estrógenos y la progesterona que a modo de “coreografía” aumentan y descienden en función del momento del ciclo menstrual. A lo largo de los años en el que las mujeres tenemos ciclos menstruales, estas hormonas, además de la función de preparar al endometrio para la fecundación o del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, tienen otras funciones que son muy importantes en el día a día de la mujer.
Por ejemplo, la protección cardiovascular que nos ofrecen los estrógenos o la influencia de la progesterona en la correcta densidad mineral ósea para tener unos huesos fuertes, serán esenciales para disminuir el riesgo de eventos cardiacos y/o de fracturas, respectivamente.
Pero, ¿qué ocurre cuando entramos en la época de la menopausia? Es una época que en general no es para nada atractiva para la mujer porque se asocia a cambios corporales, en general con aumento de peso, mayor riesgo de eventos cardiacos, problemas cutáneos, incluso a nivel de salud mental, entre otros. Es por ello que en esta época es indispensable ser mujeres activas y poder afrontar los años que quedan, de la mejor manera posible.
Practicar ejercicio, aquel que más nos guste o que se adapte mejor a las condiciones individuales, va a ser no solo un “as bajo la manga” sino que será un elemento para incorporar en el día a día, que mejorará de manera sustancial la calidad de vida y reducirá los riesgos comentados previamente.
Las recomendaciones son variadas, pero como mínimo hay que seguir las recomendaciones de la OMS que dicen que, como mínimo, hay que practicar al menos 150-300 minutos a la semana de actividad moderada o entre 75 y 150 minutos/ semana de actividad vigorosa añadiendo 2 días de trabajo de fuerza. Parece fácil, pero en muchas ocasiones no se sabe que es más indicado o como empezar, por ello acudir a un profesional que ayude a escoger lo más adecuado y ofrezca información adecuada, puede ser la diferencia entre no empezar o empezar y abandonar.
La menopausia no deja de ser una etapa más en ciclo vital de la mujer. Hoy en día que la longevidad es parte de nuestra sociedad, nos debemos cuidarnos y a la vez disfrutar con la mejor calidad, pero para ello debemos poner de nuestra parte. Las mujeres en general tenemos la tendencia a cuidar más de los demás que a cuidarnos y con ello no contribuimos a mejorar nuestra salud.
Quizá nunca se ha sido una persona muy activa, pero nunca es tarde para empezar.
