El sedentarismo y la obesidad se han convertido en una de las principales causas de diversas patologías a nivel global, afectando tanto a adultos como a niños y adolescentes. Enfermedades cardiovasculares, problemas articulares y la obesidad, que actualmente representa un grave problema social, son algunas de las consecuencias de la falta de actividad física.
Actualmente, más del 60% de los niños entre 11 y 15 años pasan más de 2 horas frente al televisor, y más del 42% de los niños españoles tienen sobrepeso. Es fundamental que todas las partes involucradas, especialmente las familias, se comprometan a revertir esta tendencia. Fomentar la actividad física como parte de la rutina diaria y promover una alimentación equilibrada son acciones esenciales.
Los primeros años de vida son críticos para establecer hábitos saludables que perduren en el tiempo. La familia juega un papel fundamental como modelo a seguir. Cuando en el hogar se promueve una dieta equilibrada y se practica ejercicio regularmente, los niños tienen más probabilidades de adoptar estos hábitos como normales.
Es importante aprovechar el entorno rico en productos saludables, como frutas, verduras y pescado, que ofrece la dieta mediterránea. Sin embargo, en la sociedad actual, a menudo nos vemos atrapados en un estilo de vida basado en la comida rápida. Es esencial transmitir a los niños la importancia de una alimentación saludable, preparando comidas apetitosas y equilibradas de forma sencilla.
La educación sobre los beneficios de una alimentación adecuada comienza desde temprana edad, enseñando a los niños a diferenciar entre alimentos saludables y no saludables para que puedan tomar decisiones informadas.
La lucha contra el sedentarismo y la obesidad debe comenzar en el hogar. Es necesario mantenerse activo, adaptando las actividades físicas según las necesidades individuales, y proporcionar una alimentación que brinde la energía necesaria para disfrutar de una vida activa.
Practicar actividad física en familia es el primer paso, salir a andar o hacer excursiones en bicicleta no solo fomenta la unión entre los miembros de la familia, sino que proporciona momentos para “sumar salud”. Estaremos practicando actividad de tipo aeróbico que ayudará a mantener el sistema cardiovascular, que como mínimo deberían ser salidas de 60’, pero eso no es suficiente. Añadir ejercicio de fuerza es también fundamental.
La OMS recomienda que los niños dediquen al menos 3 días a la semana a este tipo de ejercicios. Jugar en el parque, subiéndose y colgándose de todos aquellos elementos preparados para los juegos infantiles o incluso tirar de una cuerda, ya está fomentando activar la musculatura del cuerpo, que es un elemento esencial. En casa también podemos incluir ejercicios de fuerza trabajando con nuestro propio cuerpo. Es importante adaptar este tipo de actividades a las edades y capacidades individuales, pero una vez hecho, incluirlas en la rutina semanal es perfecto. Realizar planchas, abdominales o sentadillas ayudará a mejorar la musculatura tanto de brazos, como piernas o abdomen.
Realizar ejercicio y deporte, es una herramienta de prevención y de tratamiento también para la obesidad.
