El embarazo es una etapa muy específica y única para la mujer, puesto que el cuerpo experimenta múltiples cambios y que además pueden afectar la calidad de vida de la gestante si no cuida mínimamente su salud: aumento de peso descontrolado, piernas pesadas, dolor lumbar, incontinencia urinaria…etc.
Para poder evitar o disminuir estas afectaciones, y no solo para contribuir a la propia salud y bienestar de la mujer, sino también a la del futuro bebé, es importante mantenerse activa. Las autoridades sanitarias han publicado una serie de recomendaciones generalizadas basadas en el concepto conocido con el acrónimo de FITT, que corresponde a Freqüència, Intensidad, Tiempo y Tipo.
En cuanto a frecuencia se refiere a dedicarle entre 3-5 días en la semana. La intensidad sería la que se considera moderada. Para poder establecer de manera sencilla como es esta intensidad, se podría decir que es aquella que te permite hablar mientras la realizas. El tiempo serían 150 minutos en la semana, a dividir entre los días en que se realiza ejercicio. Por lo que respecta al tipo de actividad se tendría que incluir ejercicio de tipo aeróbico como podría ser bailar, nadar, andar/correr, bicicleta…… junto con trabajo de bastante resistencia en los cuales se pueden usar bandas elásticas o pesos de manera controlada.
Es importante considerar que no todas las actividades y ejercicios son adecuados para la mujer embarazada. Por ejemplo, los ejercicios de alto impacto o de alta intensidad, no están recomendados.
Cada mujer tiene su contexto específico y sus particularidades, dado que no es el mismo una embarazada sedentaria con sobrepeso que otra que sea físicamente activa y practique ejercicio físico regular.
Es por este motivo por el cual se recomienda una valoración inicial específica por parte de un profesional cualificado, donde se analice y exponga en detalle las características y necesidades concretas de cada mujer y además asegurarse que no existen posibles contraindicaciones para la práctica de ejercicio físico.
El entrenamiento personal en esta etapa, es una muy buena opción para asegurarse que el ejercicio y la actividad física realizados son adecuados en cada fase del embarazo, dado que no en todas las etapas se tiene que entrenar de la misma forma. Por ejemplo, en la etapa final, es interesante enfocar el ejercicio físico en el momento del parto a través de la movilidad, respiraciones y visualización.
En resumen, la etapa del embarazo la mujer requiere de uno enfoque del ejercicio físico adecuado En su estado y a sus necesidades, así como también tener mucho en cuenta los hábitos saludables y estilo de vida de la mujer, puesto que pueden aportar múltiples beneficios al futuro bebé y ayudar a tener un mejor embarazo y parte.
Si estás embarazada y estás interesada en un programa de entrenamiento personal adaptado a tus necesidades, es importante que te ayude un profesional especializado en Embarazo y Posparto.
En la unidad contamos con nuestra entrenadora y fisioterapeuta Sandra Escolà.